Al borde del abismo

Al borde del abismo

La carencia de chispa y energía real es enorme en esta película y a pesar de que las implausibilidades del guión tiene parte de la culpa y su final es tan disparatado como exagerado, gran parte de la responsabilidad recae esobre los hombros de su actori principal. Sam Worthington es, tras su paso por "Avatar", "Terminatior Salvation" y "Furia de Titanes" el héroe de acción del momento pero su capacidad de transmisión emocional es mínima. Cómo cambia cuando por ejemplo es Liam Neeson en el reciente thriller de acción "Infierno Blanco" o incluso y sorpresivamente Ryan Reynolds en "Enterrado". Su vacuidad e insipidez son demasiado acentuadas en "Al borde del abismo" y la película se convierte en un ejercicio rutinario de más presupuesto del que debería tener. Únicamente Jamie Bell y Genesis Rodrguez consiguen levantar el monótono tono de la línea narrativa liderada por Worthington.

Pero en defensa de esta película también hay que decir que nunca aspira mucho más que ser un entretenimiento y en general es algo que consigue aunque un poco más de ritmo y nervio hubiesen levantado una función que tiene como gran pilar a Sam Worthingon hablando durante una hora intentado hacer creer a los policías que tiene cerca que realmente se va a tirar. Por mucho que luzca en pantalla, el diálogo sin explosiones no es su fuerte y hace que el filme se sitúe al borde del aburrimiento.