Intocable
Es una historia dramática y a la vez de superación pero que se ha rodado con un afinado sentido del humor, corazón y con unas impresionantes dosis de humanidad. Entretiene, conmueve y divierte, logrado todo ello de una forma tan elegante como profundamente emocionante.
¿Y por qué llega tanto a tanta gente esta película? No es realmente lo que les sucede a los personajes durante el metraje o la evolución que presentan, que sí existe, es debido a que en el centro de la película está la plasmación de la amistad ente dos personajes de la forma más magnífica que el cine puede ofrecer. Una de las críticas que ha recibido el filme es que ha cambiado la etnicidad de uno de los protagonistas, pasando de ser una persona árabe en la vida real a ser ahora un joven negro de barriada. Si bien es cierto que en este aspecto "Intocable" emplea los clichés raciales con algo de facilidad, es también igual de sencillo de ver que esta película se sustenta a base de pura química, la que hechiza la pantalla y que emana de la complicidad de los dos actores principales, François Cluzet y Omar Sy.
Su sintonía es completa y dan vida a la amistad entre sus dos personajes de una forma soberbia. Es difícil imaginar una pareja protagonista mejor, con lo que la ligereza en alguno de los hecho reales bien compensa el resultado. Viendo la película, parece imposible que los dos protagonistas estén realmente actuando, ya que las emociones que proyecta el cómo se forja su amistad son sinceras.
Y es que gracias a estos dos actores que recrean una magia entre sus personajes, un guión perfectamente medido en el aspecto cómico y también dramático, junto con una honestidad emocional que deja ver el bello corazón que tiene este filme, es prácticamente imposible no enamorarse de "Intocable".
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